¿Por qué los cristianos son los primeros invitados a proteger el planeta?

22.02.2018

Siempre me ha gustado sentarme en el lado de la ventana de los buses cuando voy de viaje hacia algún lugar lejano. Voy escuchando música y miro hacia afuera todo el tiempo que toma el viaje, por momentos cierro mis ojos y a veces hasta me he quedado dormida. La experiencia es única porque viajas sin que nada te moleste y la mayor parte del recorrido son por áreas verdes donde a lo lejos ves las montañas y los pastos a tus esquinas, es realmente relajante.

Pero últimamente cuando voy de viaje, el panorama es distinto, ahora le presto atención a los detalles de mi derredor, quizás antes lo veía, pero no con el detenimiento o la sensibilidad de ahora. Desde que el viaje comienza hasta donde termina, la basura en los bordes de las calles y en las zonas baldías sobresale, y habría que estar ciegos para no verlo. La diferencia está en que yo lo veo, pero una profunda sensación de impotencia me invade, el viaje no es el mismo y pensar en ignorarlo solo agrava la situación. Entonces, no dejo de preguntarme, ¿Es tan difícil no tirar la basura por las calles?, ¿Es necesario colocar los desechos de esa forma?

Un gran número de personas tiran la basura por donde sea que vayan, ya que piensan que siempre hay una persona que limpia los bordes de las vías. Ese pensamiento es hostil, porque refleja falta de compasión por esas personas que mantienen ciertas vías de la ciudad en orden, pero lo hacen en la ciudad y no en las vías de las autopistas y terrenos forestales.

Viajando desde Chorrera a la Ciudad de Panamá y viceversa, es increíble la cantidad de basura (Reciclable) regada por toda la autopista. No dejo de preguntarme quién lo recogerá, quién se hará cargo, y me sigue invadiendo la impotencia, ya que es de saberse que se necesitaría hacer una inmensa campaña de vías limpias para recoger los desperdicios y aprovechar eso como una forma de concienciar; y aún eso es pelear con la resistencia y la reticencia.

Así que, empiezo por elevar mi voz a quienes lean esto, y lograr que sea natural el cuidado de nuestra tierra, que sea natural en nosotros el reciclaje y por qué no, la reducción de nuestros consumos innecesarios.

En la Biblia encontramos en Génesis 1:28 lo siguiente:

Y los bendijo Dios; y les dijo Dios: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread sobre los peces del mar, y sobre las aves de los cielos y sobre todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Pareciera ser que la raza humana se quedó con la primera parte del mandato: Fructificad y multiplicaos, ¿Qué pasó con la otra? Sojuzgad y Señoread.

Amigos(as), Dios nos dio la administración de la tierra, a los que estudian administración deben entender mejor lo que abarca esta palabra.

Él, Dios, nos hizo justos desde el principio y cuando Cristo murió y resucitó nos justificó nuevamente. Es decir, éramos capaces de dominar la tierra con justicia y equidad, y aún somos capaces, pero, ¿Qué es lo difícil de entender de la maravillosa historia de Dios desde el génesis hasta la redención por su hijo Jesús y la promesa de la vida eterna que vemos consumado en el apocalipsis, y que esto nos invita a ser justos con la tierra hasta el final?

Los bienes de Dios, todo lo creado, está bajo nuestra administración, ÉL así lo dijo. Y si el Creador de todo lo creado así lo dijo, entonces, es nuestro gran placer defender, proteger y salvaguardar todo aquello que nos dejó para nuestro bien y por nuestro bien, porque así como un buen jefe espera que sus colaboradores administren justamente sus recursos, así mismo el Dios de todo lo creado espera de nosotros, los que han creído su nombre, que administren con orden y santidad sus bienes.

A todo el que ha creído en el Padre, y en su hijo Jesucristo, debe recordar lo siguiente: En Colosenses 1:20 encontramos, "Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz"

Hay 4 relaciones que Dios a través de Jesús restauró:

  1. Relación Humano - Dios
  2. Relación Humano - consigo mismo.
  3. Relación Humano - con otros seres humanos.
  4. Relación Humano - con la Tierra.

Entonces si Él reconcilió todas estas cosas, a través de Cristo, ¿Por qué pareciera que tenemos una mala relación con la Tierra?

La redención nos devuelve al estado soñado de Dios, pero millones de cristianos se saltan esta parte del evangelio que se predica en toda la Biblia, omitiéndola, relegándola. Aún su palabra nos dice en Colosenses 1:23: "Si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.", Esto quiere decir que la Creación es testigo de su existencia, de la historia, de su realidad. ¿Podemos comprender la magnitud de esto?

Entonces, ¿Por qué los que han creído en Dios son los primeros invitados a proteger el planeta?

Porque están creyendo en el hacedor de todo lo creado y en reciprocidad a él, nuestro papel es corresponder 100% a su voluntad expresada desde el Génesis. No seamos como las huestes de maldad que también creen y tiemblan. Santiago 2:19, sino que seamos obedientes a él y sensibles a su palabra.

Cuando reflejamos una relación ofensiva con la tierra, estamos siendo ofensivos con el Creador de ella (Dios). Tan solo por la forma que gestionamos los desechos finales, se dice bastante de nuestra comprensión carente de este tema.

Es tiempo de que la iglesia tome este ministerio que ha sido relegado!

Por: Magdielys Leira

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