Oseas: el profeta ecológico de la pérdida

27.10.2018

Quiero compartir con todos mis lectores, un artículo que encontré hace 4 años, que impactó mi manera de concebir el medio ambiente como cristiana que soy.

léélo con mucha calma.

Posted on 3 October, 2014 by Dave Bookless

https://blog.arocha.org/

Traducción de María Eugenia Barrientos de Hosea: The ecological prophet of loss

Oseas es generalmente conocido como el profeta que se casó con una prostituta. En una parábola dramática de amor de Dios por su pueblo infiel, Oseas intentó cortejar y ganar de nuevo a la esposa que lo abandonó. Pero, como el Cantar de los Cantares, el libro de Oseas no sólo trata sobre el amor humano y divino. Un tercer conjunto de relaciones se teje a través del libro: Dios y su relación con la humanidad, con la tierra y sus otras criaturas.

Oseas está lleno de creatividad rica e imaginativa en su descripción de Dios y de las personas. Dios, en su justa ira ante la infidelidad, se compara con un león rugiente (5:14-15; 11:10), así como con un leopardo al acecho y con un oso atacando (13:7-8). Dios también es tan confiable como el sol de Medio Oriente y como las lluvias estacionales (6:3). En contraste, los seres humanos tienden a ser como la niebla de la mañana o el rocío de la madrugada (6:4; 13:3), como un fuego ardiente (7:6), como pájaros atrapados en una red (7:11-12), como uvas en un desierto e higos inmaduros (9:10), como gorriones y palomas revoloteando temblorosas (11:11). Todas estas son imágenes de la inconstancia y la falta de confiabilidad. Estamos, Oseas lo indica, fuera de contacto con los ritmos y las prácticas que nos pueden sustentar.

Sin embargo, en Oseas, la creación no es sólo una fuente de vívidas imágenes. Hay una ecología profunda de las relaciones que unen a Dios, la humanidad y el resto del mundo natural. La manera en que nos relacionamos con Dios es inseparable de la forma en que tratamos a nuestro prójimo, y a la tierra y a sus criaturas. Oseas 4:1-3 desafía a las categorías de la modernidad. Cuando Dios condena a los israelitas por la mentira, el asesinato, el robo, el adulterio y el derramamiento de sangre, él se lamenta no sólo por la falta de fe, sino también por algunas profundas consecuencias ambientales: "Debido a esto la tierra se seca, y todos los que viven en ella se consumen; las bestias del campo, las aves del cielo y los peces del mar son arrastrados" (Oseas 4:3). La ruptura de las relaciones con Dios lleva al colapso ecológico.

Hoy en día, muchos de los animales que Oseas describe han desaparecido del paisaje bíblico. El león asiático y oso pardo sirio se han extinguido en Israel, y el leopardo árabe está en peligro crítico. Incluso las lluvias de primavera y de invierno son poco fiables. Las crisis ambientales de hoy son un síntoma de nuestra relación rota con Dios, y los ambientalistas de cualquier creencia a menudo reconocen esto. Jonathon Porritt escribió: "lo que hoy llamamos 'crisis ecológica' es, en esencia, una crisis del espíritu humano. Así como hemos degradado la tierra, hemos corrompido nuestras almas, atrapados en un frenesí de consumismo suicida". Oseas estaría de acuerdo.

Sin embargo, la vorágine mutuamente destructiva, la desesperanza a nivel social o espiritual y el desequilibrio ecológico no son la última palabra. Oseas, comprometido con la restauración de su matrimonio roto, cree en un Dios que nunca se da por vencido de su pueblo o su planeta. El prevé un día futuro de relaciones restauradas entre Dios y el pueblo ("me llamarás mi marido; ya no me llamaras mi maestro" 2:16), y establece una promesa de nuevo pacto, que incluye las bestias del campo, las aves del cielo, y las criaturas que se mueven por el suelo" (2:18). Habrá un fin para la violencia y la guerra, así como una renovada intimidad con Dios y con toda la creación, y el pueblo de Dios se desarrollará como una planta bien arraigada (2:21-23).

El esperar la redención de Dios para toda la creación ¿significa que no debemos hacer nada ahora? No, en absoluto, dice Oseas. En 12:6 recibimos una agenda clara para actuar: "Debes volver a tu Dios (renovación espiritual), mantener el amor y la justicia (accionar por las personas y por todas las criaturas de Dios), y esperar por tu Dios siempre (mantener las prácticas que sostienen una relación viva con Dios, al igual que las damas de honor que mantuvieron sus lámparas encendidas en espera del novio en Mateo 25:1-13)". Si nos volvemos a Dios, podemos llegar a ser como un lirio en flor, un olivar bien arraigado, una vid fecunda, o un cedro del Líbano (14:5-7), en el corazón de un ecosistema espiritual, social y natural floreciente.

Oso Sirio, de Tristram, H.B. (1883).The Natural History of the Bible

@MellLikhi © 2018
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar