¡Un llamado a la frugalidad!

22.12.2018

Por: Magdielys Leira

Últimamente, frugalidad es uno de los términos que estoy utilizando más, me encanta esa palabra, es una manera más sustanciosa de decir "sencillez". Así que, cuando hablo de sencillez, me estoy refiriendo no solo a una elección, sino a un estilo de vida sencillo que va más allá de solo limitarse a comprar ciertos tipos de ropa.

Según estudiosos del tema, como John L. Lastovicka, Lance A. Bettencourt, Renee Shaw Hughner, Ronald J. Kuntze (June 1999), frugalidad es la cualidad de ser prudente, pasivo, ahorrativo y económico en el uso de recursos consumibles (como la comida o el agua), así como optimizar el uso del tiempo y el dinero para evitar el desperdicio, el derroche o la extravagancia. En la ciencia del comportamiento, la frugalidad ha sido descrita como la tendencia a adquirir bienes y servicios de manera restringida, así como el uso optimizado de los bienes. 

Incluye la reducción de residuos frenando hábitos costosos, suprimir gratificaciones instantáneas, buscar la eficiencia económica, evitar normas sociales contaminantes y caras, apoyar las opciones libres y gratuitas, utilizar el trueque y estar bien informado sobre circunstancias locales y características de los productos y servicios consumidos.

La frugalidad se considera como una virtud o disciplina espiritual. La Sociedad Religiosa de los Amigos (Cuáqueros) y los puritanos son buen ejemplo de ello.

La filosofía básica detrás de esta idea es que la población debería ahorrar dinero para donarlo a iniciativas de caridad, como ayudar a quienes más lo necesitan.

La  frugalidad es también una virtud porque el ser humano pertenece y depende de la naturaleza.

A través de la frugalidad, los humanos pueden utilizar sus habilidades ancestrales de conseguir poco y necesitar poco y encontrar las soluciones en la naturaleza en vez de conseguirlas en convenciones artificiales.

Henry David Thoreau expresa una filosofía similar en Walden, con su entusiasmo por la autosuficiencia y la posesión mínima llevando una vida sencilla en el bosque.

Puntualmente, eso es frugalidad, pero, ¿cómo conseguir esta virtud y convertir la frugalidad en un estilo de vida?. Todo debe comenzar desde un cambio de mentalidad y es en esa búsqueda profunda de Dios que podemos ser movidos a vivir un estilo de vida muy parecido al de Cristo, el hijo de Dios.

Tomemos como guía a seguir la vida de Jesús, pongámonos en sus sandalias, miremos su vida, pudiendo vivir en ostentosidades vivió de una manera tan sencilla que tenía por hogar la casa de sus discípulos.

En eso suelo meditar y comparo mi vida como cristiana con la vida que vivió mi Señor, y me doy cuenta que todavía persigo lujos y comodidad.

¿Jesús perseguía la comodidad?, con un estudio minucioso de la Biblia, la palabra de Dios, uno puede darse cuenta de la peculiar vida de él, fuera de la caja y fuera de su zona de confort.

Hoy por hoy, nosotros los cristianos y muchos no cristianos, perseguimos la comodidad de tal manera que no nos percatamos de los dioses que estamos adorando día con día, uno de ellos es el dios de la comodidad, reflejado en el uso del plástico por ejemplo, un material tan arraigado a nuestras vidas que nisiquiera lo consideramos una ofensa a Dios. Y tú te preguntarás de qué manera eso ofende a Dios.

Te presento una breve muestra:

Es cómodo el plástico, es cómodo comprar una botella de agua cada vez que se puede porque solo cuesta  $1, es cómodo consumir jugos en botellas de plástico, helados, snacks, porque todo eso es barato y viene listo para consumir. Es cómodo comprar batidos en vasos de foam o plástico y con su carrizo de plástico desechable porque es fácil de consumir y no es caro. 

Puedo hacer una lista interminable de los elementos que consumimos cada año y que a decir verdad, son INNECESARIOS la mayoría de ellos. Sin embargo, como amamos la comodidad, terminamos consumiendo y comprando chécheres envueltos en plástico, porque es cómodo y fácil de conseguir. Y qué decir de las latas y hojalatas, todo eso es innecesario, a no ser que estemos en medio de una crisis tan severa, que sea necesario consumir alimentos enlatados. Piensa en esto.


Te dejo aquí un link que te lleva directo a un artículo precisamente sobre la óptica de Dios frente al tema del plástico.

Una vez alguien dijo, que el petróleo es más dañino afuera que adentro (ya que el petróleo se encuentra a profundidades del suelo)  y el plástico proviene del petróleo, entonces, si las masas, osea la gente consumiera menos productos envasados de plástico, las industrias se verían movidas a producir menos y repensar en crear mejores formas de envases más responsables con el entorno.

Si ves las 4 imágenes arriba, el plástico no solamente ensucia y afea los ecosistemas, sino que termina siendo "alimento" de especies que obviamente no saben distinguir un pedazo de comida y un pedazo de plástico. Y por último, termina siendo consumido por nosotros, los seres humanos. Todo está conectado.

Entonces, ofender a la creación de Dios, osea, las especies y nosotros mismos, ofende a Dios el Creador. 

Debemos vivir un evangelio integral, es decir, una ecología saludable. Ecología significa relaciones, entonces, el evangelio trata de 4 relaciones restauradas: 

1. Nuestra relación con Dios

2. Nuestra relación con nosotros mismos.

3. Nuestra relación con el prójimo.

4. Nuestra relación con la tierra.

Sin embargo, me atrevo a decir que solo nos hemos ocupado de las 3 primeras, más no de la última. Si hemos sido restaurados en Cristo, la transformación debe reflejarse en todas estas 4 áreas. ¿Me explico?

No dejo de imaginarme viviendo en un mundo restaurado, sin basura, sin plástico, sin tanta complicación y contaminación y es verdad que tenemos prometido eso, la restauración total de todas las cosas, sin embargo, mientras viva, quiero ser parte de los que traen salud al entorno y hacerme menos cómplice de tanto daño a la creación de Dios, al menos en mi desconsiderado uso del plástico, que Dios nos perdone por 

Se qué algún día, habitar aún con los animales no va a ser una cosa insignificante o que cause temor, según Isaías 11, llegará el momento en que un niño podrá estar junto a un león y nada va a pasar. Según apocalipsis 21, habrá cielos y tierra nueva, no puedo imaginar ya ese momento, me emociona solo el hecho de pensar que eso sucederá, la pregunta que me hago hoy es, ¿cómo vivo hoy yo lo que vendrá?.

Una vez mi hermano Jesiel dijo, si ahora los cristianos no cuidamos la creación existente, ¿cómo cuidaremos de la nueva creación?, y esa pregunta sigue estando presente en mí.

Desde ahora vivimos aquello que vendrá, desde ahora modelamos la vida que viviremos pronto en ese futuro cierto, desde ahora experimentamos lo que significa una vida sencilla como la de Cristo y actuar acorde con el evangelio, mejorando nuestros malos hábitos de consumo y ser responsables con la creación que Dios ha puesto bajo nuestro dominio. Debemos ejercer un dominio como el de Dios, un dominio creativo, no destructor.

Parece un detalle mínimo, el hecho de restringir el consumo del plástico, pero aún en esos detalles podemos predicar lo que creemos , y creemos que Dios es el creador de todo y el plástico está afectando las especies que Dios creó. No seamos más cómplice de esto. Por favor.

Mi deseo es poder vivir en un mundo con más consumidores responsables y hago un llamado principalmente a los seguidores de Cristo, es decir, a los cristianos, a los que reconocen a Dios como Creador y se reconocen a sí mismos como creación dependiente de un Dios de órden y pureza, de salud y bienestar.

Les hago un llamado a una vida frugal y no ser tan solo oidores, sino hacedores responsables (Santiago 1:22-27), aún en estos pequeños detalles.

Pienso igual que Martin Luther King, en todo este tiempo he visto mucho más gente que no sigue a Cristo cuidando más la creación que los mismos cristianos, sé que sueno bastante confrontativa en esto, pero me duele ver la indiferencia de aquellos que dicen seguir a Jesús, frente a este tema. Estoy conciente que el cambio toma su tiempo, sin embargo conozco muchos que comprenden el tema y lo saben muy bien, sin embargo, lo consideran insignificante y terminan por omitirlo.

Seamos obedientes y mostremos más respeto a aquel que nos dio este ecosistema enorme llamado mundo, es decir, a Dios nuestro CREADOR.


Dejemos mejores huellas, huellas de consumo moderado, frugal. Que nuestra huella sea equitativa con lo demás creado y dejemos de mirarnos como superiores a todo lo demás. Sí podemos mejorar, tenemos al Espíritu de Dios morando dentro, escuchemos hoy su voz.

Uno de los temas que concluyo en esto de aprender a consumir y ser frugales en nuestro estilo de vida es motivarlos a producir la menor cantidad de basura posible. En la imagen, presento el frasco de una chica que en un año solo produjo esa cantidad, no vi su nombre, pero lo encontré en Instagram con el nombre de Zerowaste, ella relataba de que sí es posible producir menos basura, solo se requiere de voluntad y una visión nueva de las cosas. Vivir una vida minimalista, es decir, una vida de despojo y mucha sencillez sin que pierda el significado y la sustancia de las cosas. Sí se puede amigos y amigas, sí se puede.

Algunos consejos sencillos, para ser hacedores responsables, son:

1. Consigue bolsas reutilizables, a la hora de hacer compras, llévalas contigo. No son muy caras y duran mucho.

2. Lleva tus propios contenedores cuando consumas fuera de casa, en la panadería, restaurantes, etc.

3. Escoge vidrio, papel, cartón en vez de plásticos, tetra paks.

4. Tú puedes ser una ecoheroína o ecohéroe produciendo menos desperdicios, velnado por los derechos de los más vulnerablesy de los animales.

5. Consume mucho más granos enteros, verudras, vegetales, frutos.

6. Lleva tus propias jarras para granos y menestras y utiliza los dispensadores en los supermercados.

7. Trata de investigar lugares donde vendan los productos sin empaque, puestos de verduras, supermercados con dispensadores de granos o contenderos al granel. tiendas compita.

8. Evita consumir productos burundangas, como chocolates, galletas, pastillas, etc, que vienen en pequeños empaques de plástico.

9. Pregúntame dónde conseguir tus propios carrizos de bamboo, bolsitas para verduras y frutas, cepillo de bamboo, cubiertos personales, etc.

10. Comparte esta información y anima a todos a ser hacedores responsables con la creación.

Despierten humanos, ustedes están en peligro también.

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